Una raza es la expresión de un fenotipo, es decir una estructura morfológica, un tamaño, un color del manto etc . Los rasgos hereditarios que afectan a la conducta canina y a la formación posterior del carácter no están en el fenotipo sino en el genotipo. Cada individuo de una misma raza tienen un genotipo diferente aunque tengan un fenotipo similar. Por lo tanto la raza (fenotipo) no condiciona ni predispone a un individuo a ser de una determinada manera, sino su línea genética o linaje. Por eso encontramos perros de una misma raza que difieren totalmente en cuanto a temperamento y aptitudes se refiere. Conozco pastores alemanes activos y flemáticos, seguros e inseguros, tímidos y sociables, dominantes y sumisos etc. Por lo tanto, la problemática a priori en la selección de un ejemplar es saber elegir una buena línea genética. Obviamente, podemos hablar de mayor probabilidad estadística en una determinada raza en función del número de linajes existentes que porten determinados genes. Por lo tanto adquirir una raza es solo moda y estética, el resto dependerá de elegir un buen linaje.
El carácter no solo depende de la genética (linaje) sino también del ambiente y la educación recibida. Es decir , la formación del carácter depende de la totalidad e interacción de todos los elementos de base genética, ambientales y educativos. Al final un gran perro se define en la conjunción de todos estos factores y por supuesto obteniendo un buen vínculo con su dueño.
Un ejemplar de una raza puede nacer inseguro y tímido, y otro de la misma raza puede nacer seguro y sociable. Tan solo los ejemplares muy bien seleccionados en estos aspectos por sus criadores presentaran a priori las características deseadas y heredadas de sus progenitores. Conocer el carácter de sus progenitores y sus ancestros son un buen seguro a la hora de decidir elegir un ejemplar de una determinada raza. Hay razas con un mayor grado de selección en cuanto aptitudes funcionales (perros de trabajo deportivo, pastoreo, caza…) , es decir reúnen un mayor número de líneas de sangre seleccionadas para realizar estas funciones. En algunas razas de trabajo, sus linajes de trabajo (Leistunzucht) implican mínimo tres generaciones de los ancestros (padres-abuelos y bisabuelos) habiendo superado pruebas deportivas de trabajo, de esta forma se crea una diferenciación con respecto a los ejemplares seleccionados por estructura o por su bella morfología. No obstante, “quien hizo la ley hizo la trampa” que un perro supere pruebas de trabajo deportivo no siempre acredita que el ejemplar tenga unas buenas aptitudes, ya que en el mundo canino también existe la permisividad de los jueces , los intereses económicos o incluso por desgracia la corrupción.
El que la mayoría de las personas se confundan a la hora de elegir un perro está determinado por la creencia habitual de que la raza condiciona el carácter de un ejemplar y luego vienen las decepciones cuando uno elige un perro de una raza que para nada se parece al de la película, al del artículo de internet , al del vecino o al campeón de adiestramiento que vimos un día en un campeonato.
Por esto a la hora de elegir a un perro de raza con un carácter equilibrado y con buenas aptitudes , lo buscaremos en perros hijos de padres y abuelos que hayan demostrado estas características y siendo asesorados por un profesional experto (ajeno a su posible venta) y que sobre una camada preseleccionada también buscará el mejor ejemplar de la misma , ya que tampoco todos los cachorros son iguales.
Nacho Sierra
Creative (DG)
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Stone
Los perros sin raza o mestizos pueden ser igual de estables o no que los de raza, la diferencia es que en los mestizos habitualmente desconocemos sus orígenes y la formación del carácter y temperamento es aleatoria.
También en ocasiones algunos criadores sin escrúpulos, o por desconocimiento y guiados por el afán de venta, crían con ejemplares con problemas de carácter que transmiten a su descendencia.