Por Nacho Sierra: www.efpc.es www.tducamos.com www.nachosierra.es/shop
La presión pasiva consiste en la aplicación de un estímulo negativo de intensidad suficiente que consigue inhibir una respuesta. En ocasiones es aplicada en la modificación de conductas rebeldes de alta intensidad, con el fin de inhibir o bloquear la fuerza del instinto. Por el contrario la presión activa consiste en la estimulación negativa como método excitatorio y no inhibitorio de una conducta. Es decir, la conducta se precipita , no se inhibe y provoca en el animal una respuesta rápida, correcta y alegre. la presión activa surge del condicionamiento positivo y la presión pasiva del condicionamiento negativo. Si la intensidad del estímulo negativo se sitúa al nivel o justo por debajo de la fuerza instintiva, la conducta se precipita (presión activa). Si la intensidad del estímulo negativo está por encima de la conducta instintiva entonces se rompe la fuerza del instinto (presión pasiva).
Por esto que en la presión activa el estímulo negativo circula en dirección a la conducta instintiva y debe ser de intensidad óptima, solo así produce un estado de activación de la propia conducta instintiva. La presión activa se usa sólo en trabajos donde se necesita corregir al mismo tiempo que subir el nivel de impulso (En pruebas deportivas). En definitiva, consiste en presionar en dirección al instinto, es decir, forzar una respuesta que el animal desea hacer, para que cuando la haga, ésta se realice con corrección, rapidez e intensidad. O lo que es lo mismo, que el refuerzo lo obtenga tras ser presionado (molestado) sin que afecte a la emoción de alegría.
Por ejemplo , un cachorro que quiere ir con ímpetu hacia una pelota, se le imposibilitará ir a cogerla con leves golpecito en su pecho , creando así una fuerza contraria leve (óptima) que le generará más ganas de ir a por ella. Cuando consiga alcanzarla, habrá satisfecho su propio instinto de coger la pelota, y habrá “cerrado la fuerza” que le impedía cogerla, de esta forma se sentirá alegre por tenerla en la boca. Las próximas veces crecerá el nivel de impulso hacia la pelota y «sabrá» que la presión le lleva al premio.
La presión activa se puede explicar descriptivamente como el accionamiento de “un muelle” que comprimimos y que al soltarlo se extiende con más fuerza, provocando así la excitación y activación de la conducta. Por el contrario, la presión pasiva llevaría a comprimir “el muelle” hasta el punto de «romperlo» o dejarlo sin tener poder de extensión, neutralizando sus efectos y provocando de esta manera la inhibición de la conducta. Por lo tanto, la presión pasiva solo serviría para anular o bloquear instintos de alta intensidad y no es un procedimiento de formación, sino de modificación.
Por lo tanto, de la fuerza de la presión dependerá tanto el poder de aumentar la fuerza del instinto (activa) como el de poder inhibirlo (pasiva). Quede claro que para el uso de la presión activa se exige perros con un alto nivel de impulso instintivo, sino su aplicación resulta imposible. En el trabajo deportivo de IPO existen muchos ejercicios que pueden realizar mediante presión activa. El resultado emocional de ambas técnicas derivará en un estado de alegría-excitación en la presión activa y un estado de alivio-inhibición en la presión pasiva. Si la presión pasiva provocara miedo en el animal, habremos fracasado en la ejecución de la técnica.
En general, se puede utilizar la presión activa en los ejercicios o comandos que circulan a favor del instinto, frente a los ejercicios o comandos en contra del instinto, en los cuales se podría utilizar la presión pasiva. Por ejemplo en la modificación de conducta en el trabajo deportivo (IPO) se puede trabajar la presión activa en el impulso de agresión, la corrección de ejercicios sin perder rapidez e intensidad, en los ejercicios de llamada, traída de objetos, saltos, actitud en el seguimiento, entrada a los ataques en la disciplina de defensa, en la corrección de la mordida. Por el contrario, la presión pasiva ya se va erradicando de los sistemas de entrenamiento, pero en perros rebeldes a veces se sigue utilizando.
En la educación de los perros destinados al deporte de alta competición se puede acostumbrar a los cachorros a conseguir “la adicción” a la pelota o al manguito mediante el uso de la presión activa. De esta forma de mayores conseguiremos que el animal tenga un mayor nivel de impulso por esa pelota o manguito, con el beneficio en cuanto a rapidez, tensión y resistencia al trabajo que esto reporta y sin perder el trabajo basado en una emoción de alegría.
Un ejemplo en la conducta humana es la presión activa a la que se ven sometidos los deportistas profesionales en sus programas de entrenamiento . También la conducta sexual humana y animal se ve provocada en ocasiones por estímulos negativos que activan el instinto sexual.
En definitiva, el trabajo de la presión activa es difícil de utilizar y no debemos caer en la pasiva, para esto es necesario un perro determinado y una aplicación correcta del método que conduzca a conseguir una conducta rápida y correcta sin perder una emoción alegre.